¿Quién iba a pensar que se podía encontrar el amor en una clase universitaria?
Pero así fue: nos conocimos una tarde después nos sentamos juntos en una clase durante nuestro semestre de intercambio. Aunque veníamos de países diferentes y hablábamos idiomas distintos, ¡congeniamos casi al instante! Después de muchos cafés y de que Gašper fingiera intentar aprender español con Gabriela, nos convertimos en mejores amigos y en pareja.
Sólo pasamos seis meses juntos antes de que Gabriela tuviera que volver a México. Sabíamos que la distancia no podía detenernos, así que pasamos un año y medio haciendo videollamadas y esperando impacientes por la próxima visita.
Finalmente, Gabriela regresó a Múnich, donde pudimos estar juntos y seguir creciendo personal y profesionalmente. Durante casi nueve años, hemos vivido muchas experiencias hermosas, retos y aventuras increíbles. Sabemos que podemos hacer cualquier cosa mientras estemos juntos.
¡Ahora queremos compartir nuestra felicidad con nuestra familia y amigos!